Las opiniones de derivación gástrica varían según el individuo. Si bien este procedimiento puede reducir drásticamente la ingesta de calorías de los pacientes, el procedimiento no está exento de riesgo.
Algunos pacientes experimentan un mayor riesgo de infección o sangrado que otros, y existe un riesgo de formación de fístula después del procedimiento. Además, no se recomienda el bypass gástrico para los pacientes que ganan demasiado peso después de la cirugía.
Si bien la cirugía de bypass gástrico es un tratamiento efectivo para la obesidad, debe emparejarse con un estilo de vida saludable, que incluye buenos hábitos alimenticios nutricionales y ejercicio. Algunos pacientes tienen un mayor riesgo de complicaciones, especialmente hombres y individuos obesos. Aquellos que tienen cirugía abdominal previa también tienen un mayor riesgo.
Además, aquellos con ciertos problemas de salud mental, como la depresión severa o el trastorno bipolar, pueden necesitar un aplazamiento de la cirugía o requerir un tratamiento adecuado.
Antes de someterse a una cirugía de derivación gástrica, es importante discutir los riesgos y beneficios con un médico. Si está tomando medicamentos para el grano de sangre, debe informar a su médico, ya que pueden interferir con el procedimiento y aumentar su riesgo de sangrado o coagulación. Si tiene diabetes, también debe discutir la cirugía con su médico.
También debe dejar de fumar y participar en un programa de actividad física regular. En la mayoría de los casos, será ingresado en un hospital después de la cirugía. Debería esperar quedarse allí durante tres a cinco días.
Después de la cirugía de derivación gástrica, su intestino delgado se unirá a una nueva bolsa. Esto pasa por alto las secciones inferiores y medias del intestino delgado. La nueva bolsa se conectará a su intestino delgado y formará una forma Y. El resto del estómago aún funcionará para transportar productos químicos desde el páncreas.
El bypass gástrico es un procedimiento mínimamente invasivo que ha existido durante décadas. Es una combinación de una cirugía restrictiva y malabsorción, y es una excelente opción para pacientes con extrema obesidad.
La mayoría de los pacientes se someten a la cirugía después de intentar sin éxito perder peso. Los pacientes que tienen al menos 45 IMC se consideran extremadamente obesos y corren el riesgo de problemas de salud graves causados por su peso. Los pacientes con menos de 35 IMC también se consideran con sobrepeso y pueden tener otros problemas de salud.
Hay muchos conceptos erróneos sobre la cirugía de derivación gástrica, y es importante informarse antes de tomar cualquier decisión.