
El Bypass Gástrico hace parte de una técnica quirúrgica utilizada como tratamiento eficaz (en conjunto con una serie de buenas prácticas alimenticias y buenos hábitos de vida) para ayudar a los pacientes que sufren de comorbilidades derivadas del diagnóstico de la obesidad. Ahora, esto no sólo significa que el equipo de especialistas que va a ayudar a este paciente a sobrellevar su recuperación y las vicisitudes de la operación, debe ser uno interdisciplinario y enfocado en hacer un análisis integral de la vida, psique y entorno del paciente, sino también que el cirujano que realice la operación debe haber pasado largas horas de estudio que deben haber sido vividas en no menos de unos 8 años de dedicación a entender la teoría y la práctica de este tratamiento. A pesar de lo anterior, es posible que, estadísticamente, se presenten algunas situaciones normales en el promedio de los profesionales en lo que respecta a los efectos secundarios derivados de haber realizado estos procedimientos en sus pacientes. Esto es lo estadísticamente normal, que se presenten una o algunas de estas situaciones que describiremos a continuación; sin embargo, si se presentan más de dos en un mismo paciente y si las circunstancias son terriblemente adversas o si el cuidado es insuficiente, es importante que el paciente acuda a las autoridades y sobre todo, a un equipo de profesionales que pueda asesorarle para su vida no termine estando en juego.
Volviendo a lo que nos atañe, los efectos secundarios que pueden –estadísticamente hablando- presentarse en algunos pacientes, son los siguientes. Estos efectos secundarios están divididos en dos grupos: i) a corto y ii) a largo plazo.
A corto plazo: Pueden presentarse tres tipos de efectos secundarios:
- Fugas o fístulas: Estas fugas pueden llegar a aparecer en las zonas en las que se abre o se secciona el intestino. Pueden llegar a darse (si se dan) dada la morfología que presenta este tejido blando, generando una fisura en el mismo dada la manipulación del estómago que se ha hecho anteriormente. Si se tratan correctamente, deben presentar un diagnóstico temprano (48 a 72 horas) después de la operación ya que usualmente se presentan durante los 5 primeros días del proceso post-operatorio. Siempre es mejor “pensar en que están” para poder otorgar un diagnóstico temprano y proveer un tratamiento adecuado. Se trata de uno de los efectos secundarios tras Bypass Gástrico más graves, y en manos de cirujanos y equipos muy experimentados, su incidencia debería ser menor de 0,5-1%. Ahora, un equipo experimentado y preparado como el nuestro, una correcta técnica quirúrgica y el detalle al ojo clínico, hacen que estas estadísticas disminuyan casi a al cero porcentual, ya que la experiencia del equipo quirúrgico es fundamental, y muchas veces es necesario el apoyo por radiología y endoscopia intervencionista.
- Hemorragias intraintestinales (dentro del intestino) o peritoneales: Este tipo de hemorragias se presentan en los tejidos que recubren las paredes internas de del abdomen y el intestino. Suelen presentarse por inexperiencia del equipo médico y por no contar con un protocolo de sangrado rápido y que carezca de diagnóstico precoz para brindar atención inmediata. En casos normales, el porcentaje de padecimiento de este tipo de efecto secundario es cercano al 1%, pero, y como pasa con el caso de nuestro equipo de expertos y profesionales, ese porcentaje se reduce significativamente casi a llegar a ser el 0 porcentual. Con un diagnóstico generado con experticia, generado a tiempo, y con una intervención terapéutica adecuada a la gravedad de cada situación particular, este efecto secundario no es uno que cause la mortalidad del paciente.
- Obstrucción Intestinal: Este efecto secundario hace referencia a una posible obstrucción del recubrimiento de las paredes intestinales generado por los cambios anatómicos que el cuerpo reconoce como extraños después de realizada la intervención quirúrgica del bypass gástrico. como consecuencia de esta obstrucción, puede suceder que el bolo alimenticio formado por el alimento no puede continuar viajando al intestino grueso que puede manifestarse como un dolor tipo cólico. Generalmente tiene una resolución temprana y así como viene, se va; sin embargo, es posible que si continúa, sea necesaria otra operación laparoscópica para poder disolver la obstrucción. También, puede manifestarse desde unas cuantas semanas después de realizado el procedimiento, o puede suceder años luego de realizada la intervención; lo crucial el asunto es otorgarle un diagnóstico temprano y poder tratar esto de la manera adecuada.
A largo plazo: Pueden presentarse tres tipos de efectos secundarios:
- Obstrucciones intestinales: Son exactamente las mismas de las que hablábamos anteriormente, pero pueden causarse a largo plazo y pueden ser una consecuencia de por vida del procedimiento. Hacemos énfasis en que es muy poco probable que aparezcan a largo plazo, ya que la probabilidad de que se den como efecto secundario crónico está íntimamente ligada con la experticia del cirujano y la técnica que haya utilizado en el quirófano.
- Úlceras marginales: Puede presentarse una úlcera o pueden presentarse varias úlceras ubicadas en el interior del intestino delgado que se ha unido con el estómago por medio de las grapas utilizadas para acortarlo en tamaño. El cuidado del período post- operatorio es crucial para evitar que aparezcan, ya que estadísticamente hablando, la alta incidencia del consumo de tabaco y malos cuidados en el periodo mencionado, generan una probabilidad más alta de aparecer en el sistema gastrointestinal del paciente sometido a una cirugía de bypass gástrico.
- Malnutrición: Es probable que ciertas técnicas utilizadas generen operaciones con consecuencias que generan mala absorción de nutrientes por parte del sistema gastrointestinal, produciendo diarreas constantes en los pacientes, pero esto se presenta en casos extremos que utilizan ciertos cirujanos en países como Grecia, Italia y España que practiquen la cirugía con técnicas como la del bypass minigástrico, bypass de una sola anastomosis, bypass biliopancreático o el cruce duodenal.